Río San Juan 300, Col. Miravalle Monterrey N.L.
Algunas señales de que el estrés podría estar interfiriendo con tus actividades cotidianas son: falta de sueño, irritabilidad, problemas de rendimiento en el trabajo y descuido en la alimentación.
De acuerdo al psicólogo Adam Borland, “Durante tiempos de estrés físico o emocional, el sistema nervioso simpático se activa”. Nuestro cuerpo entra en modo de “defensa o huída” a pesar de no haber una amenaza real. Comenzamos a tener reacciones como palpitaciones rápidas, respiración agitada, sensación de falta de oxígeno, tensión de los músculos y mareos. Si estas reacciones se vuelven constantes, es peligroso para tu salud.
En momentos de agitación, también se incrementa la producción de cortisona, una hormona que manda la señal para la liberación de glucosa y la inhibición de insulina. Normalmente, cuando la sensación termina, estos niveles vuelven a su estado normal. Sin embargo, cuando el estrés es crónico, el nivel de cortisona permanece elevado, contribuyendo a problemas como enfermedades cardiovasculares, gastrointestinales y diabetes.